Este lunes, 21 de enero, se cumplieron nueve meses de los primeros asesinatos por parte de la dictadura, en Masaya, tras las protestas de abril, contra las reformas al seguro social. Los manifestantes fueron brutalmente reprimidos por turbas y policías orteguistas, cobrando la vida de seis personas, muertes que hasta el día de hoy están en la impunidad.
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Los primeros asesinatos ocurrieron el 20 de abril. La primera víctima fue el joven universitario Álvaro Gómez, de 23 años, asesinado entre las dos y tres de la madrugada, mientras se defendía del asedio y represión de la policía del régimen. “Es una pérdida terrible, este vacío jamás lo podré llenar, tuve que exiliarme, para no correr con la misma desdicha de mi hijo; jamás perdonaré al Frente Sandinista, porque ellos lo mataron. Así es como me pagan después que luché para que estuvieran en el poder”, afirmó el padre del joven caído y exguerrillero sandinista, el profesor Álvaro Gómez.
Ese mismo día fue asesinado de un disparo en la cabeza, Jairo Mauricio Hernández Useda, de 24 años, operario de la zona franca Istmo Textil; y el estudiante de secundaria José Abraham Amador, de 16 años, tras recibir un disparo en el abdomen. Ambos cayeron en las inmediaciones del mercado de artesanías, mientras protestaban por las reformas al seguro social. “La familia de José Abraham ha asimilado su muerte, casi no hablan de ese episodio, todos tratan de seguir la vida, pero es un dolor que jamás olvidarán”, comentó un familiar del adolescente José Abraham Amador.
21 de abril sangriento
El sábado 21 de abril, siguieron los ataques de la policía orteguista. Ese día fue asesinado Carlos Manuel Sandino López, de 42 años, de un disparo en el hombro derecho, mientras se disponía a comprar comida en el barrio conocido como “La Bolsa”. Su madre, Andrea López, de 80 años, dijo que “es algo duro, mataron a mi muchacho, no quiero recordar ese momento, él no se metía con nadie. Ahora los del MINSA han venido a saber si estoy enferma a raíz de su muerte, no estoy enferma, pero sí destrozada, porque mataron a mi hijo que no estaba involucrado en nada”.
El mismo 21 de abril, en el barrio Monimbó fueron asesinados Carlos Manuel López, de 42 años y Javier López, de 24, mientras se defendían con morteros de los ataques de la policía del régimen. “Hemos recibido asedio por parte de simpatizantes del gobierno, todos los días nos amenazan, pero sabemos que pronto esta pasadía va a terminar”, dijo en condición de anonimato uno de los familiares de Javier López.
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Todos estos crímenes fueron investigados y documentos por organismos de derechos humanos, sin embargo, ninguno de ellos ha sido esclarecido por la policía, mucho menos han condenado a los actores de las muertes que aún siguen impune.
Los dictadores y su pandilla mafiosa, creen que porque ellos ponen una cantidad de muertos que se les antoja en sus reportes el pueblo no lleva un record de los muertos con fechas nombres y apellidos. Ya también hay un record de los muertos antes del heroico mes de Abril, pero estos con la “ayuda” del ejercito