El analista Enrique Sáenz en un uno de sus artículos transmitidos por Radio Corporación expresaba que en Nicaragua hay más de 8 millones de celulares, y que cada portador se convierte en un reportero ambulante con el poder de transmitir, compartir y generar contenido.
La importancia de comunicar los hechos y acontecimientos que suceden en nuestra comunidad soportan la veracidad de esta revolución cívica. De igual manera se desmiente al aparato de propaganda oficialista.
Tener el poder de comunicar tiene sus riesgos, más aun cuando se comunica la verdad.
En países del medio oriente, ser una voz crítica se vuelve peligroso y mortal.
El reciente caso del periodista saudí que fue desmembrado y asesinado en el consulado de su país en Turquía, de igual manera conocemos casos en México, donde el narco terrorismo asesinó más de 80 periodistas en los últimos años según un documental presentado en Managua recientemente por PEN.
Tristemente nuestro país no se queda atrás. El más reciente fue el del periodista Ángel Gahona ultimado en Bluefields mientras realizaba una transmisión en vivo durante las protestas de abril.
El periodismo independiente siempre será blanco de amenazas, y entre más se escarba y se hurguen fibras cercanas al poder, mayores serán las amenazas.
El comunicador y youtuber Juan Sebastián Gómez anunció en un vídeo que no volverá a comentar temas de políticas y menos hablar sobre los secretos de la pareja presidencial debido a las incesantes y detalladas amenazas.
Es una lastima que poco a poco muchos vayan apagando sus voces y algunos que quisieran seguir comunicando la verdad ya no podrán.
El miedo es libre, pero también contagioso y cada quien es responsable de administrar su propio miedo. No todos somos periodistas, pero todos podemos ser comunicadores y más, cuando tu país te necesita.
La verdad nos hará libres y vivir con miedo no es una opción.