El adolescente Matt Romero, de 16 años, fue asesinado el 23 de septiembre, por una bala en su pecho mientras participaba marcha cívica azul y blanco que se realizó, en Managua, bajo el nombre de “Somos la voz de nuestros presos políticos”. A un mes de su muerte su “otra mamá”, como le decía Romero a una de sus tías, le dirigió una carta.
Matt Andrés, a un mes de tu partida
“No se muere quien se va, solo se muere quien se olvida”
Andresito, agradezco porque me escogiste para que fuera “tu otra mamá”. Hoy te digo que en mi corazón guardo nuestras conversaciones de medianoche y madrugada cuando me expresabas como sentías el amor y cuidado que yo te brindaba, así como el cariño que me tenías; hoy te expreso que el regalo más grande que me diste y que hasta el día de hoy me conmueve, es haber dispuesto tu corazón para que la presencia del Espíritu Santo llenara tu vida y recibir a Jesucristo como tu Salvador, son decisiones que tomastes en tu vida y me llenaron de alegría, pues sabía que los valores inculcados en tu formación estaban dando frutos.
Para la familia, el 23 de septiembre de 2018 fue el día más doloroso, saber que te habíamos perdido de una manera tan repentina nos impactó, sin embargo, comprendimos que Dios tenía un plan perfecto con tu vida y tú lo expresaste de muchas formas; ese día mi corazón se rompió en mil pedazos, lo traspasaba de un lado a otro con un vacío inexplicable, físicamente en mi corazón sentía un ardor hasta quemar, sin embargo, la palabra de Dios dice que su voluntad es buena, agradable y perfecta, creyendo esa promesa es que acepto que en los planes de Dios tú solamente ibas a compartir con nosotros 16 años, 10 meses y 9 días.
Ha transcurrido un mes de tu partida y me parece mentira que ya no estés con nosotros. Todas las tardes te busco entre tus amigos jugando fútbol, te busco en mi ventana, te busco al llegar a la casa de la “mamita”; en mi hogar hay un vacío inmenso. Recuerdo que teníamos proyectos que realizar, muchas cosas me hacen volver mis pensamientos hacia ti. En ocasiones he sentido tu presencia, recuerdo nuestras conversaciones acerca de tu futuro profesional. Soñaba viéndote ser un hombre de bien, pero sobre todo deseaba en mi corazón fueras un siervo del Señor, te veía predicando la palabra de Dios a los chavalos de los barrios.
Quiero decirte que te llevaré por siempre en mi mente y corazón, te recordaré de mil maneras, los dos mejores recuerdos para mí son cuando viniste del encuentro lleno de la presencia de Dios y cuando te bautizaste en la Iglesia Cristiana, sé que esos eventos marcaron tu vida, por eso no los olvidaré nunca; tu forma de ser impactó a muchas personas que te conocieron y compartieron contigo, me regocijo lo bien que se expresan: “chavalo trabajador, esforzado, dispuesto, nunca decía no puedo”, pero sobre todo que entendiste el mensaje de Dios que es mejor dar que recibir.
Habíamos planeado un viaje, pero Dios se adelantó y te llevó a su morada celestial, sé que estás en un mejor lugar y espero vernos de nuevo.
Estos dos versículos bíblicos se cumplieron en tu vida: “Aunque la visión tardará aún por un tiempo, más se apresura hacia el fin, y no mentirá; aunque tardare, espéralo, porque sin duda vendrá, no tardará”. Habacuc 2:3.
De cierto, de cierto os digo, que si el grano de trigo no cae en la tierra y muere, queda solo; pero si muere, lleva mucho fruto. San Juan 12:24.
Mi niño, te quiero con todo mí ser. Tu otra mamá.
21 de octubre de 2018
WOW!!! Que Dios le continúe fortaleciendo y llenando de su paz en el nombre de Jesús quien es el Cristo Amén!!!