Una vez más los Ortega-Murillo despliegan el pavor a un pueblo autoconvocado y vuelven a lanzar sabuesos rabiosos a las calles para atacar a una sociedad civil pacífica con el amor que solo el discurso cristiano, solidario y socialista inculca ante la mirada inmisericorde de la traidora Policía Nacional saqueada de honor y dignidad; la más grande institución de errores del país.
Es la justicia la que se asedia una vez más y el “respeto” es reducido a favor de unos cuantos que ostentan el poder. ¿Por qué una sociedad organizada es una amenaza latente? Ningún Gobierno opresor acepta la contradicción. Vivimos el momento más fanático, violento y represivo desde los Somoza. El TERRORISMO sí existe en Nicaragua, y se le conoce como ORTEGUISMO.
Todo aquel que se confiese a favor de este Gobierno criminal es un terrorista y, por lo tanto un traidor de la patria. Nadie que se llame pacifista y democrático podría aplaudir lo que hace el orteguismo. Violencia engendran y odio terminarán comiendo. Ya lo dice el viejo y conocido refrán: “Al final todo cae por su propio peso”. Y el que está cayendo pesa de verdad.
Una sociedad organizada e informada es el mayor enemigo del Autoritarismo; y ese es el verdadero puño disidente. No temamos a salir y expresarnos, y si no nos quieren escuchar, hay que levantar la voz. ¡Que la verdad y justicia sean nuestra bandera!