[vc_row][vc_column][vc_column_text]El 18 de junio fueron detenidos cuatro exagentes de la Policía Nacional de Nicaragua, quienes se dirigían de Bluefields a Managua para reintegrarse a las filas de esa institución. La detención fue realizada por ciudadanos autoconvocados que se encuentran en el tranque de la comunidad Presilla, zona que pertenece a Muelle de los Bueyes, en el Caribe Sur, a unos 25 kilómetros del puerto El Rama.
Los expolicías corresponden a los nombres de: Jonathan Erick Pantin Moses, Derryl José Linarte Sandoval, Víctor Filemón Cerna Cox y Dewling Sayec Soza. La detención ocurrió cerca de las 4:30 de la tarde cuando los exagentes intentaban cruzar por veredas, tratando de no ser vistos por los pobladores que están en el tranque.


Los detenidos fueron llevados al tranque de Presilla, y ahí pasaron la noche. Al día siguiente y tras llegar las noticias de la brutal represión que estaba sufriendo el 19 de junio la ciudad de Masaya por parte de las turbas orteguistas y la policía, los manifestantes temieron un ataque al tranque en el cual tenían retenidos a los expolicías y por eso, decidieron llevarlos hasta otro tranque cerca de Lóvago.
Aunque no iban armados, los exagentes confesaron que autoridades policiales los tenían amenzados de muerte, a ellos y sus familiares, si se negaban a reintegrarse a las filas de esa institución. Su destino final era Managua. Los detenidos aseguraron que fueron contactados telefónicamente por supuestos agentes de la Policía que les ordenaron ir a las oficinas de Plaza El Sol, ubicados en la capital, donde serían recibidos por el Comisionado Mayor Enrique José Salazar Alemán, jefe de División de Personal, quien les extendería un documento para su reingreso a la Policía.
Confesaron frente a sacerdotes
Esa confesión la hicieron frente a los sacerdotes Pedro Ortez Pérez, párroco de La Gateada, Chontales; José Heriberto Palacios, párroco de Muelle de los Bueyes; y, Berman Bans, sacerdote capuchino de la parroquia de El Rama, quienes mediaron para lograr la liberación de los exagentes.


La madre del expolicía Dewling Soza, Marlyn Soza, quien también es profesora de Educación Física en el Instituto Madre Guadalupe Caldera, de El Rama, y conocida militante del Frente Sandinista; se presentó a la parroquia de ese municipio del Caribe Sur, acompañada de las madres de los otros detenidos para llevar a cabo el proceso de liberación. En la iglesia, fueron recibidos por el párroco Berman Bans Siú y el padre José Palacios Quiroz, de Muelle de los Bueyes.
La mediación de los sacerdotes se alargó debido a que ante el brutal ataque a la ciudad de Masaya, que dejó seis muertos y más de 30 heridos, los pobladores decidieron reforzar los tranques y la vigilancia. Por seguridad, los expolicías fueron trasladados a otro tranque, ubicado en Acoyapa, Chontales, donde los sacerdotes siguieron mediando por su liberación.
Seis días después de la detención, el sábado 24 de junio, los cuatro exagentes fueron entregados a los frailes capuchinos de El Rama, pero solo pudieron llevárselos a mediodía, luego de llenar algunas formalidades legales, donde los exagentes declaraban eximir a la alcaldía de Muelle de los Bueyes, liderada por un gobierno municipal liberal, de cualquier responsabilidad, puesto que los miembros del Frente Sandinista de El Rama acusaban de secuestro a la alcaldía y a sus líderes.
Paramilitares se tomaron El Rama
Durante los días que estuvieron retenidos los expolicías, El Rama fue tomado por encapuchados fuertemente armados que, utilizando camionetas HILUX de las instituciones, patrullan la zona del barrio central y los alrededores de la municipalidad.
Una fuente que pidió omitir su nombre por temor a represalias confirmó a Artículo 66 que las turbas orteguistas utilizan como cuartel de armas la misma Alcaldía de El Rama y el Hotel del Puerto, a media cuadra de la alcaldía, contiguo a las oficinas de la Casa Cural.
«Son empleados de las Instituciones y excombatientes sandinistas que desde el 15 de mayo han estado montando caravanas para ir a atacar, de día o de noche, el tranque de Presilla. Hasta ahora siempre se regresan por temor a ser recibidos con plomo en ese tranque, puesto que su caravana es detectada en la carretera por los vecinos que suelen avisar a los del tranque a 15 km de distancia».
Según la fuente y algunos empleados públicos, que prefieren reservarse sus nombres, esta semana el objetivo era atacar el tranque para rescatar a los exagentes aprovechando la indignación de algunos rameños por los retenes en la carretera.
Fueron tratados con dignidad
Finalmente, los expolicías fueron entregados a sus madres el 24 de junio. Posteriormente, fueron llevados con suma discreción al puerto de Las Pangas con dirección a Bluefields. Los exagentes no se quejaron del trato en Presilla.
El sacerdote de El Rama, Berman Bans, fue mediador y testigo de la entrega de los detenidos a sus familiares. Según el sacerdote al momento de ser liberados, los expolicías no presentaban ningún tipo de vejación a su integridad física que implicase tortura en ese sentido, aparte de la retención misma.


El padre Bans resaltó que los exagentes «no fueron golpeados y fueron entregados a sus familias. En la declaración firmada estos expolicías expresan que ellos fueron recontratados en Bluefields por los mandos de la PN (Policía Nacional) para ser enviados hacia Managua», bajo amenazas de muerte si se negaban.
Dewling Sayec Soza, uno de los ex agentes, había mostrado sus documentos de reintegración en la Comisaría de El Rama y por ello, fue enviado por tierra hacia Managua. Las madres corroboraron esta información de que sus servicios fueron solicitados por la Policía, ellas estaban en contra de que volvieran a las filas de la policía y aseguran que ignoraban que debían ser integrados (a las filas de la fuerza pública).


Al momento de la mediación, representantes de la Policía de El Rama sostuvieron que efectivamente los detenidos eran expolicías y que se fueron por su cuenta a Managua. Sin embargo, los exagentes dijeron a los sacerdotes que sus documentos de recontratación los recibieron en la jefatura de El Rama.
De esta manera se confirma que la Policía Nacional está reintegrando a exagentes, sin importar que algunos han salido de las filas policiacas por faltas graves, indisciplina o pésimas condiciones de salud. Uno de los detenidos, Jonathan Pantin Moses, padece de diabetes y tuvo que ser atendido y medicado durante su retención.
Según la fuente, luego de este incidente, los paramilitares continúan intimidando a la población de El Rama, todas las noches salen a patrullar y custodian fuertemente armados la zona de la alcaldía. La fuente denuncia que se está preparando un ataque en contra del tranque de Presilla.
«Esperan el momento oportuno para atacar a la orden de “plomo”. El Rama ahora quedó tomada por estos encapuchados armados y bajo las órdenes del secretario político del FSLN, Pedro Martínez, en acuerdo con el alcalde Lorenzo Laínez, quienes, creyendo que se trata de una guerra, siguen esperando el momento para atacar Presilla como si de un fortín armado se tratase».[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]