[vc_row][vc_column][vc_column_text]La mayoría de las reacciones psicológicas ante los acontecimientos traumáticos, por lo general se consideran reacciones normales a situaciones extremas, aun cuando son angustiantes. En la mayoría de los casos, únicamente, una minoría de la población padecerá una traumatización de larga duración, si se ponen en practica herramientas para el autocuidado.
Todas las personas, que están expuestas a estos eventos traumáticos, como los que se viven en Nicaragua por la ola de violencia, están experimentando altos niveles de estrés agudo. Muchas veces los adultos piensan que los niños no se dan cuenta y están en un error.
Los niños y niñas sienten algún nivel de angustia tras un hecho traumático. Pueden observar uno de los dibujos realizados por uno de los niños que acuden a la consulta del área de neuropsicología en el centro de neurociencia del hospital Vivian Pellas.
La mayoría de nuestros niños y niñas se recuperan al recibir la atención y el apoyo emocional que necesitan. Investigaciones recientes demuestran que la calidad del apoyo psicosocial inicial es importante para la capacidad tanto de los niños y niñas como de los padres, para recuperarse de la exposición de estos eventos de alta violencia y experiencias estresantes de alto grado; y con ello, minimizar los riesgos de desarrollar problemas psicológicos más severos a largo plazo.
Si bien los seres humanos tienen la capacidad de recuperarse y de adaptarse, puede haber efectos a largo plazo en la personalidad y conducta en las siguientes etapas de la vida. Los profesionales han observado la resiliencia y la capacidad de los niños y niñas para superar las circunstancias difíciles y readaptarse con mucha más facilidad que los adultos. No obstante, es importante hacer hincapié que no se debe de ignorar el impacto de los acontecimientos traumáticos en el desarrollo de los niños y niñas nicaragüenses.
Para ello, es importante, que los profesionales de la salud mental junto a las familias de los niños, se les atienda a la mayor brevedad, cuidando que expresen sus sentimientos, pensamientos y emociones a través de la palabra o del juego. En todas las situaciones, los niños y niñas reaccionarán de modo distinto según la dinámica familiar, pues hay familias que se comunican más, que comparten en horas de comida, que dialogan sobre lo que les ha pasado durante el día, etc. Dependerá de la religión, la situación a la que estén expuestos, junto a las experiencias previas, la edad y el estilo de personalidad del niño o del adolescente.
Cada niño o niña tiene su manera de expresar sus angustias y preocupaciones, pues ha tenido que dejar el colegio de manera brusca, no siempre puede entender por qué está en unas “vacaciones forzadas”, y que además tiene que hacer tareas que le mandan, etc. Todo esto puede acarrearle confusión, y rebeldía, por ello, es importante que los adultos puedan aprovechar cualquier momento para dialogar y explicarles lo que ocurre en nuestro país de una manera adecuada, ellos se merecen una explicación lógica.
Yelba Godoy López
Psicóloga Clínica y de la Salud.
Neuropsicóloga Clínica y especialista en Demencia
Sexóloga Clínica y Terapeuta de pareja
Código MINSA 43947
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