[vc_row][vc_column][vc_column_text]
El Gobierno de Nicaragua firmó su adhesión al Acuerdo de París después de haberse negado, hace dos años, a formar parte del tratado.
Rosario Murillo, portavoz del presidente Daniel Ortega, informó, en su habitual alocución del mediodía, que su gobierno firmó el acuerdo pese a no ser “ideal”. Murillo resaltó que este instrumento permitirá unir esfuerzos para trabajar en cambios para el medioambiente.
Nicaragua se adhiere a Acuerdo de París https://t.co/9G28ji1yGa pic.twitter.com/bKxuxD0AqR
— El 19 Digital (@el19digital) 24 de octubre de 2017
Según el subdirector del Centro Humboldt, Víctor Campos, la adhesión de Nicaragua al Acuerdo de París representa la integración del país en el concierto internacional para enfrentar los embates del cambio climático; sin embargo, también, representa obligaciones que se deben cumplir al pie de la letra para poder lograr cambios importantes en la protección del ecosistema.

De acuerdo con la ambientalista y coordinadora de la Plataforma Nacional de Defensa del Agua, Ruth Selma Herrera, la firma del Acuerdo de París significa que el Gobierno de Nicaragua rectifica su error tras no haberlo suscrito hace dos años. Herrera, además, critica el cambio de estrategia del Gobierno, porque considera que “ocurre solo para poder recibir el apoyo económico” y, también, para tratar de limpiar su imagen ante la comunidad internacional por haber quedado en una posición incómoda frente a Latinoamérica con la no firma.
Asimismo, Campos detalló que, con la firma del tratado, Nicaragua se obliga a contribuir al combate del cambio climático, presentar una agenda de lo que hará a partir de 2020, además de elaborar un plan nacional de adaptación al cambio climático y, aunque no es una obligación, el Gobierno debería discutir y aprobar una ley general que regule ese tema.
Desconfianza
La directiva de la Plataforma del Agua desconfía de esta firma. “No es creíble, porque el gobierno de Nicaragua no ha dado señales de querer cambiar, sino todo lo contrario”, insiste.
Herrera duda de la voluntad del Gobierno de cumplir con los compromisos del Acuerdo de París y trae a colación el decreto gubernamental que deroga la obligación de los inversionistas de presentar estudios de impacto ambiental, así como la vigencia de la concesión para la construcción del canal interoceánico, con la que se pretende destruir gran parte del ecosistema y la principal reserva de agua dulce del país.

Por su parte, el representante del Centro Humboldt refirió que comparte la posición de la vicemandataria Rosario Murillo al considerar que no es un acuerdo ideal porque, en lo esencial, como la reducción de emisiones, no se ven reflejados cambios importantes y, en términos de justicia global climática, quienes han agudizado el problema deberían aportar más a la solución. El ambientalista agregó que, para Nicaragua, la adhesión al tratado representa mayores posibilidades de tener acceso a recursos económicos para enfrentar el cambio climático y de ser apoyados por la comunidad internacional.
“Que tenga vergüenza”
La ambientalista Ruth Selma ve de otra manera el hecho de que el Gobierno de Nicaragua crea que no es lo ideal, ya que, según lo que ha sucedido, no está en posición de decir que no es un acuerdo ideal para el país, porque, en primer lugar, es un acuerdo posible para diferentes naciones —desarrolladas y en vías de desarrollo—, por lo que no deberían irse por lo ideal.
De igual forma, Herrera aseguró que no tienen la autoridad moral para decir eso, puesto que en el país se sigue permitiendo la destrucción de los recursos naturales, por ello, le sugiere al Gobierno de Nicaragua “que tenga vergüenza y pida disculpas por todo el daño que se está permitiendo que se le haga al país”.
Documento de la firma del acuerdo, divulgado en los medios de comunicación oficialistas.

[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]